El moderno Decamerón.
En la costa oriental del Mediterráneo se sitúa Gaza, un territorio palestino que está rodeado por otro territorio: Israel. Desde hace décadas, los conflictos entre estos dos países han empeorado hasta volverse extremadamente violentos y han causado la muerte de miles de ciudadanos inocentes. Aunque en un par de ocasiones se intentó llegar a un acuerdo de paz, actualmente esta idea está muy alejada de cumplirse, sobre todo porque ambos bandos desean eliminar al otro y hacerse con el control del territorio total.
Sin embargo, tanta disputa política sobre quién merece el terreno ajeno ha hecho que nos olvidemos de lo más importante: las vidas de los ciudadanos inocentes. Sobre todo en Gaza, se están violando múltiples derechos humanos básicos que hace que la población viva en completa miseria y desesperación.
Entre esta comunidad destacan dos familias amigas que, tras los inminentes ataques de Israel que cada vez destruyen y acaban con los hogares y las vidas de muchas familias, deciden construir un búnker en el cual se refugiarían. Lo primordial de estas dos familias es mantener a salvo a sus hijos e hijas jóvenes, los cuales todavía no han cumplido la mayoría de edad. El resto de la familia, los cuales son un padre y madre por familia y varios tíos y tías, se turnan para buscar alimento y protección para preservar la seguridad de los menores de edad. También, lo hacen para no levantar sospechas ni conflictos con otros vecinos, ya que podrían atentar contra su seguridad.
Mientras tanto, en el resto del mundo, Israel intenta cortar todas las fuentes de ingresos y ayuda del territorio contrario para asegurar su victoria. Sin embargo, esto lo que hace es enfadar a muchos países que comercializaban a jugosos precios con Palestina y que deciden contraatacar con bombardeos tóxicos que acaban con muchas poblaciones israelíes. Esto a su vez, hace que los países aliados con Israel ataquen a dichos países y que, en pocos meses, empiece la tercera guerra mundial.
Es así que cuatro jovencitas y tres jóvenes conviven entre ellos en aquel modesto búnker. Los niños se comienzan a aburrir y deprimir al pasar todos los días refugiados sin apenas ver la luz solar y, en su desesperación, el mayor de ellos plantea la idea de proponer productos culturales para mantenerse distraídos y alejados de la realidad.
Desde un punto de vista objetivo, podemos darnos cuenta de que la guerra no sólo destruye ciudades y hogares, sino que también deja cicatrices invisibles dentro de la mente de las personas que pasan por una. Este grupo de siete jóvenes que están encerrados en un búnker tienen que convivir entre ellos, pero sobre todo con el aislamiento, la incertidumbre y el miedo constante de lo que ocurrirá con sus vidas. En este pequeño espacio, cada interacción resalta y la convivencia intensifica roces, pero también fortalece lazos afectuosos. La salud mental se convierte cada vez más en un desafío difícil de alcanzar, porque enfrentan todos los días emociones crudas como la ansiedad, el duelo y la desesperanza, mientras intentan mantenerse distraídos y entretenidos en un mundo que parece haberse destruido.
Una referencia importante al tema de la salud mental y el amor es el libro "El Diario de Ana Frank", donde Ana, una refugiada judía pasa sus días en un escondite con su familia y escribe sobre la mezcla de temores y emociones que siente a lo largo de su corta vida en un contexto de guerra. En el libro, podemos encontrar emociones como la ansiedad y el estrés e, incluso, el amor platónico y de familia, ya que en varias ocasiones expresa su cariño y afecto por su familia y los nuevos sentimientos que le generaba el chico del que se enamoró.
Otra referencia popular es la canción "Imagine" de John Lennon, en donde su mensaje es reflexionar o, más bien, imaginar lo hermoso que sería el mundo si encontráramos la paz y el amor entre el caos y las desigualdades que existen actualmente. Esto se relaciona mucho con nuestra experiencia porque, en nuestro encierro, imaginar un futuro mejor es lo único que nos permite mantener la fe y esperanza por un mundo más humano y, de cierta forma, también es lo que nos mantiene vivos porque sentimos todo ese amor por la creación, la belleza, las ideas, las posibilidades y, sobre todo, el futuro. Como dijo una vez Eleanor Roosevelt: El futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños.
Mención especial:
Aquí os dejo los relatos de mis compañeros para que le echéis un vistazo.
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